Bill Burke (nacido en 1943, Milford, Estados Unidos) sigue la larga tradición retratista documental norteamericana, que lo podría emparejar con Diane Arbus, o el Richard Avedon de “In The American West”, e incluso con alguna de las imágenes que nos dejó Walker Evans. Su estilo es directo, franco y honesto. Como en el caso de ellos, asoman en los gestos de los retratados, cierto aire de derrota, de sueños incumplidos, de promesas que se esfumaron en el trayecto de la vida. Personas normales, de existencias cotidianas, pero donde atisbamos un gesto que podría dar pie a escribir una pequeña historia sobre su vida, siempre por supuesto tan irreal como pueda serlo una fotografía. En alguno de los fantásticos retratos de Burke, asoman almas, podemos casi empatizar con ellos, con ganas de consolar una media sonrisa amarga, o una tristeza que asoma entre la máscara imperfecta que deja desnudo el rostro. “I Want To Take Pictures”, de 1987, y “Portraits” (1987), son dos de los libros que recogen la obra de este fotógrafo norteamericano. Pero Burke no ha tenido como único objetivo ese ciudadano medio estadounidense. En Camboya realizó una sus series más impactantes, de una gran crudeza, que conformaron el libro “Mine Fields” (1995). En la actualidad, Burke es profesor de fotografía en la School of Museum of Fine Arts, en Boston, y su obra forma parte de las colecciones del Museo de Arte Moderno de Nueva York, y la George Eastman House, entre otras.
Todas las fotografías © Bill Burke
